Cuanto cuesta entender la pesca con devolución



Quienes practicamos la pesca con devolución y tratamos de difundirla, nos encontramos con algunas situaciones:
Por un lado vemos como se desperdician los recursos naturales que vemos a diario en nuestras excursiones de pesca. Es un despilfarro no ocasionado por las autoridades, las cuales no son totalmente inocentes, si efectuaran mas controles y aumentaran los presupuestos para estos e hicieran cumplir reglamentos, ayudarían y mucho en la conservación de la fauna.
El caso que quiero tratar es sobre “los pescadores”, que muchas veces en aras de mostrar su vanidad llenan la canasta o el bote mejor dicho de pescados muertos. Con la excusa de mostrar lo bien que les fue en la excursión e incluso mostrar en redes sociales hasta el cansancio. Luego ellos mismos se quejan que en cada lugar que van de pesca es normal que se pesque poco o el tamaño de las presas es pequeño; hay algo elemental en esto aunque parezca ridículo, pero los peces ¡¡¡¡no crecen ni se reproducen después de muertos!!!! Se que suena muy tonto pero muchas veces debemos repetirlo ante la afirmación de algún pescador que nos cuenta que se pesca poco y chico y a su lado tenía seis doradillos que no superaban el Kg.  a orillas del río Rojas por ejemplo, o el caso de una mujer que pescaba tarariras en un canalcito cerca del salado en Junín y me decía que venían desde Luján a pescar, mientras llevaba un balde lleno de pescados, porque cerca de su casa ya no se pesca nada obvio que con gente así no queda nada. También para quienes tratamos con muchos pescadores a diario, es muy común escuchar historias de quienes van a pescar a Patagonia y no solo matan allí para comer mucho mas de la cuenta y a traen un freezer lleno de truchas; o quienes van a pescar dorados y luego andan repartiendo entre los amigos y vecinos.


Normalmente los pescadores tratan de justificar en kilogramos de carne de pescado lo invertido en una jornada de pesca, es algo así como si alguien va al teatro y luego para justificar lo invertido se llevara a su casa una butaca, un trozo de cortina o del telón, o si vas a ver un partido de fútbol luego te llevas al pelota o peor aún matas al goleador, eso es precisamente lo que se hace con los peces.
Si vamos a disfrutar una noche de teatro, cine o un partido y luego de pagar la entrada, disfrutamos de un espectáculo, lo único que nos llevamos a casa es solo habernos deleitado con él, por esto pienso, ¿no le parece un escenario maravilloso la naturaleza?, con su grandiosidad, desde la humilde lagunita o arroyo hasta los espectaculares paisajes de nuestros lagos o el majestuoso mar; que nos regala una jornada de pesca maravillosa o no, no es una ciencia exacta, a veces se pesca, otras no. Pero el escenario sigue allí; por esto debemos cuidarlo y proteger sus actores que siempre nos van a regalar una buena obra. Y por qué no pensar en cuando lo hacemos con nuestros hijos o sobrinos, es algo excepcional, extraordinario y que permanecerá en nuestra memoria como un día especial, pero solo es posible si cuidamos los peces y enseñamos a las próximas generaciones a devolver con vida y el mejor trato posible a los peces.
También hay casos como la pesca de pejerrey, una de las mas difundidas en nuestro país, que invita a llevar algunos ejemplares y disfrutarlo en la mesa, pero aquí vemos que es posible respetar cuotas y vedas para que sea sustentable en el tiempo y no hacer las grandes matanzas que vemos, ya que es común ver pescadores con varias veces la cuota permitida en una jornada, eso debemos multiplicarlo por miles.



Vale para terminar anécdotas, la primera de ellas quiero relatar una escena muy común entre pescadores y amigos: recién entrada la noche un sábado de verano, un amigo llega y te regala un par de tarariras ya que sacó un montón y quiso quedar atento con un amigo; las recibís con profundo agradecimiento y cuando entras en tu casa está la familia esperando para salir, obvio que las taruchas (que estaban sucias y sin eviscerar) fueron así nomás derechito al freezer, pasan algunos días y como están muy congeladas no las puede limpiar y terminan en el tarro de basura… saquen sus conclusiones ya que esto es mas común de lo que creen.

Otro cuento lo aportó un amigo; un señor caminaba por la playa y ve que otra persona sacaba de las pequeñas lagunita que se secaban al retirarse la marea, peces que agonizaban y de a uno los llevaba al agua, el caminante le preguntó que hacía, a lo que le responde que trataba de salvarlos de una muerte segura; por lo que al ver que esto ocurría en toda la orilla le pregunta si valdría la pena hacer ese esfuerzo , mientras veía como el otro señor depositaba el pez en el agua y este salía nadando a toda velocidad, le respondió, ¡para él sí!, ahí se puso a pensar que tenía razón , algunos podría salvar, por lo que se puso a hacer lo mismo. La tarde caía y ya eran muchos los que estaban en esa tarea, Se que suena difícil y a veces tonto parecer solos en la devolución, pero de a poco y dando a conocer el concepto seguro seremos muchos.


Pepe Perrone